Futbol sala: ¿hobby ó profesión?

Hoy día todos nos encontramos en las vacaciones deportivas, al menos, todos aquellos que no percibimos retribuciones económicas por practicar nuestro deporte. Y es en estos tiempos cuando uno más se da cuenta de las diferentes maneras de afrontar este 'mundillo', y de lo diferente que es este 'mundillo' al mundo real.

Todo club al llegar a estas fechas intenta planificar su próxima temporada, tantas categorías y tantos jugadores por categoría me garantizan una salvedad económica debido a la nómina de cuotas de que dispongo, y además, quiero lo mejor posible para que las repercusiones interna y externa nos proporcionen estabilidad y futuro.

La verdad es que como jugador nunca me he movido por dinero, como entrenador, unas veces sí, la mayoría no. Hoy por hoy, tampoco. Y por tanto creo que yo siempre he visto esto como un hobby, una afición a la que dedicarle todo mi cariño y esfuerzos, sin pensar que ello me tenga que reportar un dinero extra, y como afición que es, soy libre de todo, juego con quien quiero jugar y quiere acompañarme, soy libre de ir y de venir.

Esta es mi manera de actuar, y seguramente no sea la correcta a tenor de lo visto por ahí, y por tanto, caigo en la fantasia de creer que todo es así y esta post-pretemporada he cometido el ERROR de contactar con varios jugadores de otros equipos sin hablar con sus respectivos clubs a tiempo. Pido PERDÓN a esos clubs , entrenadores, coordiadores y personas que se hayan visto afectadas.

Pido PERDÓN, pero me pregunto, yo soy un trabajador en activo, remunerado y con responsabilidades, y la ley dice que si quiero cambiar de empresa (altos cargos aparte) no debo dar más que 15 días de plazo antes del cambio, y si no los doy, ¿cuál es el castigo? esos 15 días me son descontados de mi finiquito.

Pues bien, en el mundo del deporte federado, no profesional, un jugador firma una ficha de juvenil por 1 ó 3 años, generalmente 3 para ahorrarse papeleos año tras año, si luego este jugador quiere cambiar al segundo año no le queda más remedio que entenderse con su club, porque este tiene PLENOS "derechos" a retenerlo, prohibiéndole así practicar su hobby donde él quiera y con quien quiera.

Y ahí va la pregunta: Si la ley prima los derechos de la persona sobre los de las empresas "pagadoras" y con ello el libre mercado de trabajadores ¿Por qué las federaciones apoyan a clubs que no hacen más que subsistir de las cutoas de sus jugadores?