sábado, 28 de agosto de 2010

2010 - Randy Veizaga

Ahí está nuestro capitán, el jugador más respetado de la plantilla, por su humildad, su compañerismo, su compromiso y su buen hacer en el campo.

Como sabéis es un jugador latino de mucho carácter en el campo. Lo que tal vez no sabéis es que no para de evolucionar. Cada día encauza mejor su energía hacia las acciones y pensamientos positivos, lejos de lo que antaño fue o pudo ser.

Este año no ha sido el año que más me ha aportado como jugador, es más, tal vez tampoco ha cumplido las veces de capitán. Lo deseaba más que nada en el mundo y fue un premio que le otorgué al buen hacer actitudinal del año anterior, pero por algún motivo no mantuvo la ilusión durante toda la liga.

Este año ha bajado sus registros goleadores, sobre todo, ha bajado en goles importantes. Tampoco ha acabado de imponerse en el juego del equipo. Creo que ha preferido dejar hacer al resto, consciente de que el camino era más o menos bueno, que había nivel y... que el estaba teniendo un papel de segundos protagonistas en el senior "A".

Sin duda es un jugador de futuro, para contar con él en los próximos años para equipos de Primera Nacional B y con suerte A. Ha mejorado muchísimo su técnica en general, pero sobretodo las opciones de pase y gestión de la presión. Ha aprendido a elegir la mejor opción en situaciones de apuro y eso le ha catapultado a disputar muchos minutos en el equipo que dirige Pedro.

Las posibilidades de mejora de este jugador son varias, como es lógico a su edad, pero si yo fuese él trataría de trabajar el pase con la pierna izquierda y la temporización al llevar las superioridades, ya que en muchas ocasiones pierde el pase por decantarse demasiado pronto para su acción.

Y como ha sido mi portero jugador, le encomendaría la tarea de colocar tácticamente al equipo en función de su lectura de la defensa en cada acción. Un portero jugador debe ser capaz de marcar las jugadas y colocar a los jugadores como lo hace un base de baloncesto.

Paciencia y mucho trabajo para aporvechar las oportunidades de los años que vienen es el consejo que le puedo dar.

No te olvides de lo que hemos aprendido juntos amigo, yo no lo haré.

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